Todos los clubes de fútbol deberían de
tener señalado en rojo estos días en su calendario. Bueno, tal vez no todos,
únicamente el Real Madrid y el Barsa, que son los clubes que, tradicionalmente,
están siempre a la gresca.
Este año, el Barsa (el probable
ganador de la Copa) le ha faltado tiempo para proponer a la Federación que el
estadio en el que se juegue esa final sea en el feudo de los merengues. Tal
vez, la razón de que lo proponga sea para sacarse aquella espina que tiene de
no haber ganado la Copa del Rey en el año 2014 en Mestalla, aunque tal vez, la
razón sea el haber perdido 3-1 el clásico de la ida de la liga 2014-2015. Que
cada uno piense lo que quiera.
La Federación Española de Fútbol
tampoco se debería de verse libre de culpa. Podrían proponer una práctica que
ya se implantó en la Copa de Europa, que es la de elegir un estadio de fútbol
para la final. Pero parece que las continuas peleas entre los ultras de los
diferentes clubes carecen de importancia. Que la muerte del hincha del Riazor
Blues a manos de los ultras del Atlético de Madrid ya se ha olvidado. Tampoco
parece haber hecho mella en el corazón de la Federación Española de Fútbol (si
es que tiene corazón) la muerte de este hombre. Como suele pasar en estos
casos, se habla y critica mucho en el momento del hecho, pero cuando surge una
nueva oportunidad de arreglar lo que fue condenado por la directiva del fútbol
y los clubes no se aprovecha. Pero luego nos sorprendemos.
Tal vez la Federación Española Fútbol
debería de tomar una determinación que aunque pueda parecer obvia: determinar
un estadio para la final de la Copa del Rey antes de que esta competición dé
comienzo. Parece mentira que aquellas personas que dicen saber tanto de fútbol
por su cargo no hayan caído en la cuenta de que la Champions League, que es la
competición europea más importante, ya hayan encontrado una solución para este
problema tan espinoso, que es la de seleccionar un estadio para la final de la
competición independientemente de quienes sean los finalistas.
Aunque defienda el real Madrid, no se
me a de la cabeza que el Barsa vivió la misma situación en el año 2013, cuando
el Real Madrid, dijo que quería jugar en el feudo culé la final de la Copa del
Rey. Final que ganó el Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu y, aunque, no
coincida con el presidente del Atlético de Madrid en muchos puntos de vista,
debo de reconocer que, a pesar de la derrota del Real Madrid, propuso algo muy
razonable, que era la de no desplazarse si no era necesario.
En este caso es absolutamente
necesario un desplazamiento, ya que los contendientes no son de la misma
comunidad autónoma (o del mismo país, porque tal y como están las
circunstancias...), pero el hecho de que tengan que desplazarse hasta Madrid
para jugar la final de la Copa del Rey, no pude verse sino como una verdadera
provocación, más teniendo en cuenta de que cuando juegan entre sí la liga, se
desplazan. Comprendo que los clubes aleguen la necesidad de buscar un campo neutral,
pero en la final del 2013, cuyos contendientes fueron el Real Madrid y el
Atlético de Madrid, a nadie pareció importarle la neutralidad del campo y acabó
por jugarse en el campo del Real Madrid. ¿Donde estaba por aquel entonces, lo
que ahora se considera tan importante?.
Realmente, el estadio que resulte
elegido para convertirse en la sede de la final de la Copa del Rey 2015 no sea
tan importante (al fin y al cabo es un deporte) sí que es importante el odio
que surja a posteriori entre los clubes, pero aún más importante son las vidas
y la seguridad de las personas que únicamente acudan a animar a su equipo con
la intención de pasar un buen rato con sus familias y amigos. Ojalá que estas
líneas sirvan de reflexión a aquellas personas que vivan el fútbol o, por
alguien que pueda influir en la decisión de elegir el estadio. Como dijo
Marco Tulio Cicerón (106 a.C- 43 a.C): "Gran descanso es estar libre de
culpa", pero parece que la culpa y la responsabilidad es un concepto que
ya ha pasado de moda.
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